Ni un niño descalzo. Es el objetivo de Kenton Lee desde 2008, cuando pensó en crear unos zapatos que crecieran y se ajustaran a los pies de los pequeños. Según las estadísticas, 300 millones de niños en condiciones de extrema pobreza padecen enfermedades por caminar con los pies desnudos. Esta cifra no le intimida: “Queremos tener esta actitud. Cada uno es importante y vamos a hacer todo lo posible para llevarles un par de zapatos”, dice el joven a Crónica desde su residencia en Nampa (Idaho)
¿Por que es importante que todos los niños de escasos recursos puedan tener zapatos?
Los niños sin zapatos son susceptibles a las lesiones y parásitos que infectan a los humanos a través de nuestros pies. El problema con las donaciones de zapatos ordinarios es que caducan y no llegan a todas partes del mundo, que es exactamente el problema que estos nuevos zapatos vienen a solucionar
De momento, 3.100 niños llevan un par de The shoe that grows -el zapato que crece-, como se denomina al modelo, que se ajusta cinco tallas para que sirva cinco años y del que sólo hay dos números, pequeño o grande, hasta aproximadamente 12 años; en julio, estarán listos otros 5.000
¿Como funcionan?
Durante varios meses, Pitman trabajó en el desarrollo del “zapato que crece” con una impresora en 3D y moldes hasta lograr un producto que se expande de tres maneras: unos automáticos permiten que ajuste a lo ancho; una hebilla ayuda a llevar el talón correctamente sujeto; y un broche en la parte superior hace que la suela se extienda a medida que el pie crece